Repara Brasil deuda histórica con trabajadoras del hogar
La Cámara de Senadores brasileña avaló un proyecto que es considerado uno de los principales avances en igualdad social de los últimos años, ya que permitirá que las y los empleados de este sector -en su mayoría mujeres- tengan un salario mínimo, que su jornada laboral no exceda las ocho horas y que reciban el pago de las horas extras que realicen.
Esta enmienda constitucional también les otorgará derechos que les han sido negados como la seguridad social y el periodo vacacional con goce de sueldo y que organicen o se afilien a sindicatos de su gremio.
Quienes se dedican al trabajo del hogar (incluidas cocineras, amas de llaves, niñeras, conserjes, jardineras y cuidadoras de ancianos) cobra salarios inferiores al mínimo, que en Brasil asciende a 878 reales (aproximadamente 439 dólares) y carecen de contratos laborales.
Aunque la “Federación Nacional de las Trabajadoras Domésticas” consideró que la equiparación de derechos es una reparación a una injusticia histórica y descartó que pueda provocar despidos, la Asociación Doméstica Legal, que representa a los empleadores, consideró que la nueva legislación aumentará los costes laborales y pondrá en peligro cerca de 815 mil puestos de trabajo.
Según cifras del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística, en 2011 se calculó que 6.1 millones de mujeres eran empleadas del hogar, lo que representaba el 15 por ciento de las trabajadoras y era la tercera mayor ocupación en el país sudamericano.
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